La relación de una empresa con la ciberseguridad puede implicar hasta su supervivencia. Esto es así por los riesgos que conlleva un ataque contra su sistema. Al punto que, según un informe del FBI, el importe de los delitos cibernéticos a nivel internacional suponen un coste de 1 billón de dólares para las empresas. De ahí que aspectos como las implicaciones de la ciberseguridad y el hacking ético sean tan relevantes en el marco socioeconómico actual.
El hacking ético es la respuesta que se da a las tendencias actuales en ciberataques. Se basa en una estrategia diseñada para adelantarse a eventuales ataques a los sistemas de las empresas. Todo ello, en alusión a las implicaciones que tiene hacer frente a una vulnerabilidad de estas características por la información tan sensible que almacenan las empresas en sus sistemas.
¿De qué se ocupa el hacking ético? Sencillamente de minimizar el riesgo así como la exposición de las empresas al mismo usando recursos para identificar en los sistemas informáticos algún tipo de ataque.
En definitiva, el hacking ético articula las estrategias propias que usaría un hacker o pirata informático para acceder a los sistemas de una empresa. La diferencia es que el primero trabaja para poder identificar los riesgos o reparar las partes vulnerables de un sistema. Se trata de evitar y prevenir el resultado de los ataques que podría hacer efectivos en un sistema, un pirata informático.
El hacking ético articula las estrategias propias que usaría un hacker para minimizar el riesgo y la exposición de la empresa a vulnerabilidades
Así, el hacking ético simula un daño causado por un ataque externo. Sin embargo, todo se queda una mera simulación sin dañar el sistema. De esta forma, una empresa puede aplicar las soluciones antes de enfrentarse a los problemas que podría causar un ataque real en su sistema.
Tan importante es contar con un hacker ético como saber seleccionarlo. Una de las normas básicas es captar a una persona que tenga reconocimiento en su sector. Este aspecto es clave para garantizar que sus servicios sean de calidad y estén a la altura de lo que se espera de él. Sin embargo, hay otros aspectos que son importantes en el perfil de un hacker ético.
Un puesto de estas características necesita a una persona que tenga formación universitaria; es decir, un título oficial relacionado con el puesto. Y, naturalmente, experiencia práctica que avale su destreza y sus conocimientos.
El conocimiento más importante que se debe exigir a este profesional es una capacidad de análisis importante. Tiene que encontrar las vulnerabilidades en el hardware y en el software de la empresa. Además, este profesional tiene que ser capaz de crear sistemas de registro y aplicar los protocolos de seguridad informática para proteger la red de la compañía. También ha de ser capaz de gestionar y crear el sistema de seguridad.
La relación entre el hacking ético y la ciberseguridad es obvia, porque preservar los sistemas y la información de una empresa es fundamental para garantizar la seguridad a diversos colectivos como clientes o proveedores. El hacking ético garantiza no solo la seguridad, sino usar este conocimiento con fines loables, lícitos y orientados al beneficio común. Estas son sus ventajas.
Los sistemas internos quedan asegurados si se estudia la seguridad de los protocolos y las políticas de ciberseguridad. Estas acciones son las que, tras una evaluación concienzuda, permitirán averiguar si hay fallos y si se cumplen las políticas de empresa a este respecto. Se puede saber si estas políticas son correctas y si los usuarios cumplen con las normas para garantizar que sea así.
Una de las razones de ser del hacking ético es determinar dónde, cuándo y cómo pueden aparecer ataques o vulnerabilidades que pongan en jaque el sistema informático de una empresa. La detección de problemas para evitar que se ponga en riesgo la integridad de los datos sensibles de la empresa es una de las funciones más importantes. Se trata, en definitiva, de poner la solución antes de que aparezca el problema.
En relación con la idea expuesta en el apartado anterior se trata de llegar antes que los ciberdelincuentes. Es decir, hay que asegurarse de que no podrán atacar el sistema. Esta acción es imprescindible por la dependencia de las nuevas tecnologías y de Internet que tienen las empresas.
En resumen, es obvio que todos los aspectos relacionados con ciberseguridad y hacking ético son importantes en el contexto actual del mundo de los negocios. Por ello, NFON focaliza todos sus esfuerzos en aportar soluciones duraderas, como la autenticación de doble factor para hardware de NFON. La encontrarás disponible en nuestra solución de telefonía en la nube, Cloudya.