La conectividad en las empresas españolas se ha incrementado durante la pandemia, debido en gran medida al aumento del teletrabajo. Y por este motivo las tecnologías de ciberseguridad han empezado a implantarse en empresas de todos los sectores. Sin embargo, la mayoría de las empresas prefieren externalizar este servicio. Así lo confirma el informe elaborado por Deloitte en el que se certifica que el 76 % de las empresas dedica menos de diez empleados internos a la ciberseguridad.
El interés mostrado por las empresas en contar con tecnologías de ciberseguridad evidencia la importancia de los procesos de transformación digital en el marco empresarial. No importa el sector al que se dedique una empresa, ya que la ciberseguridad evita cualquier riesgo de sufrir un ataque. Las tecnologías disruptivas en ciberseguridad cambian el escenario al que estaban acostumbradas las empresas, y ahora usan métodos sofisticados que dejan obsoletas a las tecnologías conocidas.
La Inteligencia Artificial (IA) ayuda a recabar datos para las empresas. Lo hace mediante sensores o dispositivos que aportan información sensible. Esta información es estratificada y analizada mediante el Big Data, lo que la convierte en una herramienta muy útil, ya que ayuda a reducir costes y tiempo.
Sin embargo, estas dos tecnologías tan necesarias para la empresa implican un desafío importante en materia de seguridad. La información que se procesa en ambos entornos tiene que estar protegida de ciberataques. De ahí que estas tecnologías incorporen mecanismos para evitar la vulnerabilidad. Entre ellos, la detección del fraude o los filtros de los correos electrónicos.
La Mobility as a Service (MaaS) une todas las tecnologías que permiten la conectividad de un vehículo. La automatización de los transportes y soluciones de movilidad como Uber o Cabify ayudan al ahorro de tiempo y energía, además de contribuir a evitar accidentes en carretera.
Hasta aquí todo bien. Salvo que la movilidad, en su concepto de servicio, lleva aparejados riesgos de ciberseguridad. Entre ellos, la privacidad de los individuos. Esto es así porque su información personal, como sus credenciales o posicionamiento, puede quedar al descubierto. Asimismo, también queda en riesgo la seguridad del vehículo y la de sus ocupantes, en el caso de un coche autónomo. Si partimos de la hipótesis de que el coche es hackeado, los ocupantes quedan en una situación vulnerable.
El Internet de las cosas o Internet of Things ha cambiado la forma en que la tecnología está presente en nuestras vidas. Así, robots de limpieza y todo tipo de dispositivos domóticos han transformado el concepto de conectividad y aportan información sensible.
Estos dispositivos forman parte del tejido empresarial en áreas como logística o transporte. Obviamente, las empresas dedicadas a la domótica o la vigilancia son grandes usuarios de este tipo de tecnología. En el marco de este proceso de digitalización se ha de considerar la capacidad que se tiene de recolectar información. Y en esta línea surge la preocupación por la posibilidad de sufrir un ciberataque.
La cuántica, hoy por hoy, está en fase experimental. Sin embargo, las posibilidades que ofrece son muy interesantes y atractivas. El día que se pueda contar con esta tecnología se podrán realizar en poco tiempo tareas muy complejas. Es decir, la computación cuántica puede analizar datos complejos y de gran densidad en poco tiempo. Nos referimos a los cálculos para trabajar en investigación científica o la generación de algoritmos criptográficos más seguros.
La tecnología blockchain está focalizando sus esfuerzos en dirigir sus acciones al mundo empresarial. La propiedad de inmutabilidad de la información que se obtiene con la tecnología de cadena de bloques contribuye a la seguridad, ya que permite certificar el contenido que se genera o se transmite. Por ejemplo, el nombre de la persona, desde donde envió los datos o cuándo. La característica de la inmutabilidad ayuda a que los procesos sean más rápidos y se mejora, notablemente, la trazabilidad.
En este sentido, esta herramienta se configura como un elemento seguro. Esta tecnología, sin duda, es altamente interesante para las empresas. Así, pueden certificar las transacciones de un modo mucho más sencillo para la autenticación de los datos.
NFON es consciente de los riesgos que supone no contar con las tecnologías de ciberseguridad adecuadas para las empresas. Por ello ponemos el foco en evitar cualquier riesgo con nuestra tecnología. Soluciones como Neorecording te asegurarán la grabación de tus llamadas y garantizar procesos seguros de contratación o consultas de principio a fin en todas las comunicaciones de tu empresa. Y esto es más importante que nunca con el auge del teletrabajo y los peligros asociados a la seguridad en remoto.