A raíz de la crisis sanitaria de la COVID-19, el teletrabajo se ha consolidado como una forma más de entender la interacción en el marco laboral de las empresas. En esta línea, el Instituto Nacional de Estadística (INE) certifica que en 2019 hubo una tendencia moderada al alza de esta nueva forma de trabajar, mientras que en 2020 esta situación se afianzó.
Por tanto, no es descabellado hacer una prospección de la magnitud del cambio provocado por la pandemia. Este nuevo contexto laboral, naturalmente, tiene un impacto en la experiencia de empleado, que no solo afecta a las rutinas diarias, sino que condiciona la productividad.
Las empresas son conscientes del valor intangible que cada empleado aporta al proyecto común. Por ello, hay que entender que el empleado es un cliente interno y fidelizarlo de la misma forma que se hace con el cliente externo. Este es uno de los objetivos de las compañías, ya que se ha demostrado que un ambiente positivo es beneficioso para aumentar la productividad. Además, genera valores como la lealtad y el compromiso hacia la empresa.
De ahí que valorar aspectos como el impacto del smart working en la experiencia de trabajo del empleado sea motivo de análisis por parte de los directivos de las empresas. En este sentido, obtener un diagnóstico de la nueva realidad laboral es imprescindible, dado que este entorno implica otro tipo de interacciones con las herramientas de trabajo, con los compañeros o con los proveedores.
La crisis sanitaria de la COVID-19 y el aumento del teletrabajo influyen no solo en las rutinas diarias laborales y la experiencia de empleado, sino que condicionan la productividad
Todo ello genera un nuevo universo cultural, físico y tecnológico, objeto de estudio para entender cómo influye en este contexto. Una experiencia de trabajo positiva en esta nueva realidad implica explorar los siguientes aspectos:
Estos aspectos pensados para que la experiencia de empleado sea grata tienen sus pros y sus contras. Gestionar las necesidades del trabajador no solo es un input al alza, sino que también hay que considerar el riesgo de cometer errores al malinterpretar cuáles son las necesidades reales que demanda la persona que desarrolla su actividad laboral en casa.
Uno de los objetivos de las empresas es entender que el empleado es un cliente interno y hay que fidelizarlo tal como se haría con un cliente externo
Personalizar las tareas para desarrollar una actividad es fundamental dentro de la gestión de los Recursos Humanos y es altamente satisfactorio para la experiencia de empleado. No obstante, el desarrollo de este plan de acción implica riesgos, dado que proyectar una situación ideal adaptada a las necesidades de un individuo tiene implicaciones complejas si no existe una buena comunicación previa.
Por otro lado, aludir al espacio físico laboral en el hogar es un tema tan diverso como diferentes son los espacios de la casa acomodados para el trabajo. Lo realmente difícil es que el empleado asuma el rol de especialista en entornos laborales para convertir ese espacio en un lugar adecuado para desempeñar su trabajo.
En definitiva, el impacto del teletrabajo será positivo si se articula una estrategia adecuada y personalizada para el trabajador. La clave está en conseguir que los empleados no vivan la experiencia como algo que les aísla, sino como una oportunidad de encontrar las ventajas del teletrabajo.
La solución de centralita en la nube de NFON Cloudya hará que no se sientan como en una burbuja, ya que permite comunicarse desde cualquier dispositivo y lugar. Además, con su nueva función de videollamada y compartición de archivos, se mejorará la comunicación dentro del equipo de trabajo, con la consecuente mejora de la experiencia de empleado.